sábado, 23 de noviembre de 2013

La belleza de las fotografías macabras. Primera parte




No todas las imágenes que componen nuestro entorno son agradables para nuestros ojos, o transmiten felicidad, tranquilidad… Existen esas fotografías macabras, que perturban nuestra alma y ponen a cualquiera los pelillos de punta.

Como bien explica la definición del término “macabro”; es aquella palabra que se aplica a un tipo de obras artísticas caracterizadas por una atmósfera lúgubre y con relación a la muerte y su imaginería.
Me propuse investigar a través de la página de Facebook The Macabre And the Beautifully Grotesque”; aquellos fotógrafos que me ofrecían las imágenes más bizarras, ensordecedoras y repulsivas. Atmósferas misteriosas y ajenas que crean esos sentimientos peculiares y espeluznantes en el espectador.
Me resultó difícil mirar algunas de las fotografías a la hora de seleccionarlas; ya que casi de inmediato mi mano pulsaba el botón del ratón para pasarlas y que mi ojo dejase de ver aquellas imágenes que me provocaron miedo, asco, aversión…



Para comenzar, la fotógrafa sueca Denise Grunstein me enamoró con sus misteriosas escenas nevadas; en las que extraños personajes se muestran arropados por las ramas de un frío bosque. Sus sueños y sentimientos se entremezclan creando estampas únicas e indescifrables. Ambientes fantasiosos y nebulosos que narran una historia casi de película en la que ansiosos esperamos un desenlace desconocido.

Máscaras, capuchas o antifaces que tapan los rostros otorgando ese carácter incógnito y oculto a esos individuos singulares que aparecen de entre las sombras de lugares abandonados y solitarios. Una fotografía de intensa poesía visual con pequeños toques de moda.










Seguimos ahora con otra fotógrafa femenina, Daria Endresen: "Soy un pez muerto en un mar de cianuro.Me gustan los chicos que parecen chicas y las chicas que parecen alienígenas.No soy nada especial ".
Desde Noruega nos trae imágenes surrealistas, oscuras y llenas de emoción . Utiliza su propio rostro para la mayoría de sus composiciones que transmiten esa dura melancolía y tristeza. La presencia de la muerte y el dolor es visible en cada una de sus fotografías en la que hombres y mujeres andróginos son los encargados de representarla. Un mundo de una intensa visión poética y romántica en el que la sangre se derrama en los espacios. Oscuras bellezas frágiles de tonos fríos que parecen desgarrarse en pedazos.










Cambiamos del género femenino al masculino con el fotógrado norteamericano Arthur Tress; explota el potencial estético de la fotografía al máximo. Con su serie de imágenes de pesadillas infantiles, de escenografías inquietantes. Tomadas al blanco y negro, consiguen un entorno más ensordecedor aún que perfectamente podrían tratarse de un film de terror antiguo. Sus escenas llegan a lo psicológico creando tensión en el observador.
Los marcados claroscuros contrastados con la dulce e inquietante mirada de los niños logran ese regusto dramático.










Para finalizar, la inglesa Danielle Tunstall retrata el horror, el terror y los zombies. Ella explica: “No se por qué he elegido hacer retratos. Cuando era pequeña hacía apartarse a todos del medio para poder fotografiar los paisajes. Ahora hago totalmente lo contrario y generalmente no hay fondo alguno, simplemente la persona como protagonista.”
Las expresiones de los personajes muestran el interior de esas inquietudes y obsesiones que nuestra artista pretende transmitir. Maquillajes, máscaras y objetos participan moldeando sus composiciones. Sus modelos son personas de la vida cotidiana, a los que pide que le posen como si quisiesen matarla, para obtener esa ira y ese dolor que aportan sus fotografías. Para ella le belleza se encuentra en el lado más tétrico.













Por Jennifer Custodio.



























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